Una soleada mañana primaveral en la salida del centro escolar, una gran cantidad de niños y niñas que llevaban de la mano su madre o sus auxiliares domésticas; otras señoronas que llevan al niño en auto y se estacionan en doble fila, estorbando a otros autos sin considerar el gran retraso que ocasionan en la fluidez del tráfico vehicular.

La mayoría de los muchachitos son hijos de industriales o profesionistas todos de mucho dinero. En la parte posterior del edificio, se encuentra la preparatoria y el centro universitario; los jóvenes también circulan por esas calles y algún “junior” que se cree “hijo de papi”, deja la nave donde se le da la gana sin respetar los lugares asignados.

No faltaban los vendedores ambulantes y hasta una narco tiendita, que desconocemos por qué sobreviva a pesar de que de vez en cuando se detiene en frente la patrulla número 009-II.

Todas las actividades se van desarrollando casi en su normalidad, hasta que un día llegó a una cuadra de la escuela una patrulla diferente a la habitual la SS-01; se detuvo en la tienda preguntando por Raúl Montellano, casualmente encontraron al encargado haciendo una negociación y fue sorprendido con el dinero y las drogas en las manos, al registrarlo encontraron envoltorios en sus bolsillos de la chamarra, intentó echarse a correr, pero lo alcanzaron a los pocos metros.

El dueño de la tienda fue detenido y ambos remitidos al MP con cargos de asociación delictuosa, venta de drogas al menudeo, posesión de estupefacientes, inducción de consumo de enervantes a menores. Este incidente sirva de ejemplo y estímulo a los profesores, para que se instruyan en estos temas y así puedan prevenir y alejar a sus alumnos de estas tentaciones.

Maricruz Sánchez Cantú, estudiante de 12 años de edad, muy dedicada a sus estudios con excelentes calificaciones, muy a pesar de su problemática familiar; su padre trabaja en un taller mecánico, no tenía sueldo fijo ya que labora por destajo y el día que no trabaja pues no gana nada. Lo cual sucedía muy seguido, debido al vicio que compartía con su mujer, madre de Maricruz.

Dos o tres días de la semana se emborrachan y además fuman mariguana; al siguiente día de su fiesta, golpean a Maricruz porque no les prepara algo para la cruda, pero si no trabaja no hay dinero y si no hay dinero pues no hay alimentos, esto no evita que descarguen contra la niña.

Tienen un compadre que es quien les vende la hierba y el alcohol, cuando no tienen dinero, que es muy seguido, les fía tanto los alimentos, como la hierba y las chelas; ya le debían una buena lana.

Una tarde sin previo aviso, llegó el compadre con unas bolsas y les llevó una gran cantidad de alimentos, alcohol y mariguana, sus rostros se iluminaron y se llenaron de alegría al ver el contenido de las bolsas; departieron algunas viandas, tequila y bocanadas de hierba; ya entrados en los humos del alcohol y la droga, llega Maricruz de la escuela y se encerró en su habitación.

Después de largas conversaciones plagadas de frases soeces, cayeron dormidos los padres de la pequeña; el compadre finge dormir también, una vez que se asegura que ya están perdidos sus compañeros de parranda, se levanta sin señales de estar alcoholizado y se dirige a la recamara de Maricruz.

Entra sigilosamente empieza a tocar el cuerpo de la pequeña, quien reacciona gritando y tratando de defenderse; la fuerza del tipo es superior a la de la niña, en un momento Maricruz alcanza a darle un golpe contundente en sus partes íntimas, el hombre lanza un grito de dolor y salió corriendo como pudo escapando antes de que llegue alguien en su ayuda; los padres, drogados ni cuenta se dieron.

Los vecinos lograron retenerlo y aconsejaron a Maricruz de levantar un acta, otros se unieron y juntaron pruebas a todas las acusaciones en contra del compadre; venta de drogas, acoso a otras niñas, el acto en contra de Maricruz, etcétera.

La pequeña les contó todo a sus padres cuando despertaron de su borrachera, pero no le creyeron “Él es un buen hombre, muy generoso, jamás haría algo así y además es el compadre nunca te haría daño”.

Total, en ese momento llega una patrulla del MP, preguntan por el tal fulano, diciéndole:

– “Queda detenido, por abuso de menores, comercio de drogas, corrupción de menores y todo lo que resulte”.

Jorge Enrique Rodríguez.

13 de julio de 2012.

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