El otoño está en pleno dominio de la naturaleza, las hojas de los árboles empiezan a teñirse de ese dorado envidiable para algunos miembros del género humano, quienes gozan de las festividades del fin de año como son los niños, que ya ven juguetes en su futuro inmediato, piñatas y muchos regalos, sobre todo la venida de los Reyes Magos, muñecos de nieve, colaciones; en fin alegría a raudales para la chiquillada. Mientras esta fracción de la población se prepara a pasar la temporada navideña y de reyes, otros luchan por salvar la vida o detener o terminar alguna enfermedad.

Cuando esto sucede nos encontramos con varias circunstancias que nos hacen ver que aún existen “divisiones sociales”. Cuando una familia tiene el problema de un miembro de ella se enferma y su alcance económico es escaso, recurre a las llamadas farmacias populares en las que cobraban $30.00 y las medicinas son muy baratas, pero de una autenticidad dudosa, posteriormente han elevado sus precios en un 300 por ciento casi a la par con los medicamentos de “patente”. ¡Ah, eso sí! Los médicos y los empleados de las farmacias, con batas blancas impecables.

El siguiente escalón a subir es de los que pueden pagar a un médico particular, que generalmente su primer diagnóstico, es casi acertado, pero no preciso, recetando una de medicinas que no vean y precios altísimos; muy confiados los galenos te dicen: “Vuelva en quince días a ver cómo reacciona con el tratamiento”; consultas desde $300.00 hasta $1,000.00 a veces nos desesperamos y recurrimos a curaciones caseras, que no siempre son correctas.

De seguro han oído hablar de las tarjetas de seguros médicos mayores que son las que le otorgan a los ejecutivos de algunas empresas; como primer paso tienen que llenar unos formatos especiales, describiendo datos personales y los detalles de la enfermedad que padeces, anexas otro formato para que el médico tratante describa “puntualmente” lo que haría en una cirugía, cuidadito si hay alguna discrepancia entre lo que describiste tú y lo que registre el galeno; aunque sea cambiar la palabra derecha por izquierda; porque entonces tendrías que pagar tú $78,000.00 por noche en el nosocomio por la cirugía si es que tienes el dinero; sino al seguro social en donde tienes que solicitar una cita, que te darán dentro de 30 días para análisis, otros 30 días para ver al cirujano, 30 días más para otros análisis ya que los primeros ya no están vigentes; otros 30 días más para estudios de laboratorio; en resumen tendrás que esperar entre 10 y 12 meses para programar una cirugía. ¿Qué tal? ¿Podríamos seguir llamándolos ángeles blancos?

Jorge Enrique Rodríguez.

30 de diciembre de 2012.

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