CAPÍTULO 1

LLEGADA DE CLARISSA GALARZA

Entraba por un pasillo de losetas artesanales que adornan el sendero del hermoso jardín que conduce a la puerta principal del edificio que alberga la sucursal de conocido grupo fabricantes de alimentos para animales ubicado en la Ciudad de Guadalajara, cruzaba este vergel una joven como de veintidós años de edad, ojos color almendra, piel apiñonada, cabello castaño hasta los hombros, vestida con un traje sastre color beige, se ve de excelente calidad, con un pequeño portafolios y correa al hombro, su paso es firme, segura de sí misma.

Cruza la puerta de entrada, dirigiéndose a la señorita recepcionista y solicita:

– Señorita sería tan amable, tengo cita con el Sr. De la Riba, me citó a la diez y faltan tres minutos.

– Si señorita Galarza, el Sr. De la Riba la espera, pase usted.

– Gracias, con su permiso.

– ¡Qué mujer tan interesante! (Pensó Lolita la secretaria).

– Buenos días Sr. De la Riba.

– Srita. Galarza, ¡Qué puntualidad! Es extraño en su profesión.

– Desafortunadamente por unos cuantos, califican a todo el conjunto.

– No me agradan las preguntas fuera del asunto principal. ¿Le parece mejor que fuéramos al grano?

– Me parece perfecto. ¡Adelante!

– El consejo de administración solicitó se hiciera una auditoría por un presunto fraude por algo más de $ 70’000,000.00 esto lo niego rotundamente el contador. Aquí tengo los resultados de la auditoría, a primera vista, si es lógico el desfalco.

El Sr. De la Riba, da muestras de un gran disgusto y casi grita.

– Calma Sr. De la Riba, en el juicio que se nos avecina, eso le va a perjudicar, tranquilo y vamos a luchar.

– ¿Quién opera las computadoras?

CAPÍTULO 2

ANTECEDENTES

Cinco años antes del criminal golpe del cambio del dólar americano, de $ 12.50 al asesino $ 25.00 (100%).

Desde muy jóvenes, Eva y Alfonso se enamoran en la prepa, ella seguía la carrera de Psicología y él de Lic. en Contaduría, tuvieron serios problemas por la diferencia económica y de… llamémosle alcurnia. Al final del curso, con excelentes calificaciones ambos; a Eva la envió su familia a Italia, Alfonso entró a la UNAM, ambos terminaron exitosamente.

La fábrica de alimentos CIM FOOD de México, Co. solicitó personal calificado para ejecutivos y mandos medios, enviaron seis elementos de los recién egresados; pero solo fueron aceptados Alfonso Solís y Jorge Tortolero. El proceso y trámites de las oficinas de Recursos Humanos se salvaron en tres días. Una semana pasó en la visita a las granjas y laboratorios de alimentos, el primer día en las oficinas de la Ciudad de México, tenían que firmar los contratos, pasó primero Jorge Tortolero, enseguida entra Alfonso y ve a una señorita de espaldas que le dice:

– Pase y siéntese por favor. (Él toma asiento). La joven voltea y exclama:

– ¿Tú? (Se miran incrédulos ambos).

– ¡Parece increíble! Quien iba a pensar que después de tantos años nos encontraríamos en la misma empresa, nunca lo imaginé.

– ¿Usted es Alfonso Solís Estrada?

– Si Evita, que ¿No te acuerdas de mí?

– Srita. De la Riba, por favor.

– Disculpe, lo siento.

– Por favor lea con cuidado y firme aquí… y aquí… si tiene alguna duda me la comenta. El primer contrato es el laboral y especifica las escalas de ascenso y remuneraciones correspondientes, de acuerdo a sus capacidades; el segundo es un contrato de secrecía y se castiga con cárcel y reposición de valores si el daño es económico. Le anexo un bloc de vales para el restaurante, se sirve de catorce a quince horas, todos disponemos de sesenta minutos.

– Una información muy puntual en mis obligaciones, no tendrá queja alguna.

– Te espero a las dos en mi mesa, ahí platicamos del pasado. ¿Te parece?

CAPÍTULO 3

EVA Y ALFONSO

Eva no es hija de De la Riba. Una vez legalmente aceptado como empleado del departamento de contabilidad, llegó Solís a la mesa, tres minutos y treinta segundos tarde a la mesa de la Srita. De la Riba, quien ya se inquietaba viendo el reloj constantemente, al fin llegó el esperado, no teniendo ni de casualidad la intención de disculparse:

– Es la única y última vez que te espero, siéntate.

– El caballero que es el encargado, no se decidía por el lugar para trabajar, me asignó el peor, junto a él; pero es… es…

– ¿Homosexual? Dilo…

– Bueno, iba a decir otra palabra.

– Ni lo intentes, te demandaría.

– Bueno Solís ahora, hablemos de nosotros.

Sesenta minutos después en la oficina de Eva.     

– ¿Qué fue de tu vida después que nos recibimos y nos entregaron los “Cueros de Cuchi”?

– Antes que otra cosa, te preguntaré. ¿Cómo nos vamos a comunicar en las oficinas?

– Mi tío y el Consejo de Administración son muy estrictos y en las oficinas nos trataremos de “usted”, fuera como antes, yo soy Eva y tu Alfonso. ¿Me entiendes?

– Entendido y anotado.

– Te quiero informar que debes respetar el manual de empleados, castigamos a los que mienten en los datos de ingreso y el castigo es el despido. ¿Comprendes? (Alfonso baja la vista y muestra cierta inquietud).

– Eres casado y tienes un hijo. ¿Por qué mentiste?

– Tenía varios meses sin trabajar, me urgía ganar dinero…

– ¿Por qué? Si te liquidaron con amplitud. ¿Tal vez sea mentira?

– Por favor eres mi última opción, por favor.

– Te voy a dar la última oportunidad… (Se levanta y cierra la puerta de su oficina)… Con precaución…

– Lo que sea, cualquier cosa.  

CAPÍTULO 4

ALFONSO SOLÍS ANTECEDENTES

Cuando los chicos terminaron sus estudios de preparatoria y Eva se fue a Europa, en cambio Alfonso, no aprobó el examen de admisión a ESCA del Politécnico, tuvo que esperar un semestre y volver a intentarlo. En el segundo semestre tuvo relaciones sexuales con una compañera de clases y tuvieron un bebé. A partir de ese momento, buscó un empleo fijo; pero por lo reducido de sus conocimientos contables, solo le ofrecían como capturista o en el fotocopiado. Esto no lo imaginaba él aspiraba algo mucho mejor. El terminó la carrera con grandes dificultades económicas. Cuando ambos culminaron sus carreras, el niño tenía cuatro años y no tenían dinero suficiente para los gastos de la graduación. No asistieron al baile, ya habían recibido la documentación correspondiente.

El tiempo pasaba con dificultades extremas para esta pareja hasta que se dio el encuentro con Eva De la Riba en la fábrica de alimentos para animales.

CAPÍTULO 5

SECRETO DE EVA

Un día domingo, descanso de la servidumbre de la mansión De la Riba, paseando en el bosque de Chapultepec, Evarista Sánchez, escuchó un llanto de bebé, logró encontrar el sitio de donde salía el llanto; era un tambo con bolsas de basura y un envoltorio en una cobijita fina la cual contenía al bebé que se escuchaba. La pareja de novios no sabiendo qué hacer, llevaron su hallazgo a la mansión de sus patrones, aceptando a la niña y como la sirvienta se fue con el novio, la niña fue adoptada por el matrimonio De la Riba y la llamaron Eva, llenando de amor y tratada como una hija legitima. Cuando Eva tenía tres años de edad, paseaba por el parque de la colonia acompañada de Florinda, su nueva niñera, se encontró con su amiga Evarista y sin tomar en cuenta que la niña permanecía en la banca detrás de ellas, le narró punto por punto toda la historia de la niña Eva, quien no dejaba de llorar y repetía:

– ¡No es cierto, son unas mentirosas! No es cierto…

CAPÍTULO 6

PLAN DE ACCIÓN I

EN LA OFICINA DE EVA

En la entrevista con Alfonso Solís, Eva inicia la conversación, con voz muy persuasiva:

– Así es que harías lo que sea por obtener el empleo.

– Sea lo que sea.

– Muy bien, no solo tienes el empleo, sino que serás Contador General de todo el consorcio.

– Escucho, ¿De qué se trata?

– Te dije que vas a obtener mucho dinero.

– ¿Qué tengo que hacer?

– Escucha bien. Estos son los estados financieros que se van a presentar en la Matriz el mes que entra y necesito que esa utilidad de $ 70’000,000.00, aparezca como pérdida, tienes solo dos semanas, la junta es el día 20 del mes próximo.

– Eso es imposible, es muy poco tiempo.

– ¿Eres contador o no?, ¿También mentiste? Te espero en mi depa, para darte más ideas. Quiero el plan completo.

CAPÍTULO 7

PLAN DE ACCIÓN II

DESPUÉS DE LA VISITA DE ALFONSO Y EVA

– Te escucho Poncho, ¿Qué vas a hacer?

– ¿Solo yo? ¡Vamos a hacer…! Primero, despedir al Gerente de Sistemas y pedirle el disco duro con los estados financieros del cierre y que nos diga quien tiene copias de los mismos.

– Me parece muy bien, ¿Tortolero no causa problemas?

– Ese chavo con tres pesos en la bolsa esconde hasta a su madre.

– Estoy confiando en ti, no me falles.

– Con el personal que vas a despedir, necesito alguien a quien pueda manipular a nuestras necesidades.                         

– Tus deseos se cumplirán.

CAPÍTULO 8

PLAN EN ACCIÓN III

Fue un día de presiones muy desagradables, el hecho de despedir al administrador tuvo repercusiones en el personal, es una persona muy trabajadora, profesionista muy ético y no aceptaba lo que se le ordenaba su nuevo jefe, no firmó nada ni aceptó el generoso cheque que se le ofrecía. En su lugar se quedó su auxiliar, un hombre muy tímido, callado; pero excelente contador, aceptó ser dócil; pero no dio “detalles”.

Unos minutos después llamaron del Departamento de Recursos Humanos, solicitando recibieran al Lic. Enrico Berlucci Jr.  aspirante al puesto de Dirección Corporativo del Consorcio, solicitado por el Ing. Ernesto De la Riba, fue recibido por Eva y Alfonso, éste ya como Director Administrativo.

– Buenos días señores.

– Buenas… siéntese… (Contesta Eva de mala manera, en eso entra Alfonso).

– ¿Quién es? (Dirigiéndose a Eva).

– Es el aspirante a Director Corporativo del Consorcio, lo contrató mi papá.

– ¡Ah sí! Aquí no abra más director que yo, ¿Entendido?

– Disculpe ¿Usted cómo se llama, no escuché su nombre?

– Tú vas a recibir órdenes solo mías y de nadie más.

– Si voy a depender de ti, necesito saber quién eres, ¿Oh no?

– No me contestes así, respétame.

– Respéteme usted también y no me grite.

– Eva, yo no quiero a éste mequetrefe aquí.

– El Sr. Berlucci permanecerá en la empresa, yo, Ernesto De la Riva lo ordena.                                

Mientras el plan iniciaba su contenido, Alfonso empezó a reunir adeptos para sus planes, encontraba resistencias; pero era el aceptar o perder el empleo. Seleccionó las dos cuentas que no tuvieron movimiento ya en dos ejercicios, en ellas distribuyó la cantidad sugerida quedando ésta en: $ 70’000,000.00; una vez impresa la carátula de los resultados corregidos se olvidaron de todos los anexos. De inmediato Eva y Alfonso acompañados de un abogado Federico Mendoza, de la barra de abogados presentaron la denuncia acusando al Ing. Ernesto De la Riba por la cantidad mencionada por la propia hija del citado.

CAPÍTULO 9

SE INICIA UNA INVESTIGACIÓN

Cinco minutos antes de la media noche, un agente del MP. y cuatro agentes se presentaron en las oficinas de la fábrica para detener al Sr. De la Riba por fraude genérico. Lógico, ahí no estaba, se dirigen a su domicilio particular.

– ¿Ing. De la Riba?

– Si yo soy, ¿Quién me busca?

– Está detenido por fraude genérico a la empresa CMI Mexicana, Corp. no se resista existen pruebas.

– No voy a irme, déjeme llamar a mis abogados (marca en su celular).

– ¿A dónde me llevan? (pregunta al MP).

– A la agencia nueve.

– Lolita dígale a Clarissa y a Berlucci que me llevan detenido a la agencia del MP nueve, que me alcancen ahí… ¿Cómo?… no a Eva no le diga nada.

– A sus órdenes señores, “El que nada debe nada teme”.

Por ser día sábado casi en la madrugada, por lógica burocrática el agente del MP. no estaba, por lo cual el Ing. De la Riba, estaría en los separos hasta el lunes. Mientras tanto Clarissa se dedicó a localizar al contador que habían despedido para poder usarlo de testigo y Enricco se dedicó a revisar antecedentes de las operaciones registradas en el Estado Financiero, tal vez por no conocerlo bien, tenía unos días de estar en la empresa o por sentirse amenazados por sus actuales jefes, Eva y Alfonso. Las hojas de trabajo y borradores no estaban ni en su lugar ni en las bolsas de papel de desperdicio en el sótano, era muy raro también que el disco duro tampoco apareciera.

CAPÍTULO 10

INICIA EL JUICIO

En especial no había ningún antecedente de las cuentas de “Construcciones en Proceso”. Clarissa por su lado localizó el destino del contador despedido, trabajaba en una empresa similar en Hermosillo y estaba dispuesto a cooperar en el juicio en cuanto se le dé la fecha de su presentación, sirviendo que presentará una demanda por despido injustificado.

El juez de la causa, que no se había presentado oportunamente fue substituido por el Juez Robert Sinclair. La sala del juicio ya está ocupada por el fiscal; los representes de la parte acusadora, el inculpado, sus abogados y algunos pasantes próximos a su titulación. El secretario del Sr. Juez sale a la sala y anuncia:

– Con todo respeto el Juez considera retrasar treinta minutos la audiencia y solicita al Sr. Fiscal y a los abogados de la defensa pasen a su despacho. Gracias. (Se escucha un murmullo muy tenue y las personas mencionadas se levantan de sus asientos y van a paso ligero al sitio señalado).

– Pasen ustedes, tomen asiento. (Dice el secretario).

– Ni se sienten abogados, va a ser muy rápido.

– Lic. Berlucci, su cédula es Global; pero usted es mexicano, lo felicito. ¿Desea llevar al final este juicio o desearía realizar un convenio con la parte acusadora?

– Mi cliente desea que su nombre no quede favorecido con el perdón a una culpa que no cometió.

– Sr. Fiscal ¿Usted qué dice?

– El denunciante quiere que se castigue al ladrón y devuelva lo hurtado por ser el patrimonio de la empresa.

– Bien señores volvamos a la sala.

CAPÍTULO 11

CULPABLE ¡SI! O ¡NO!

El Secretario anuncia el inicio del juicio de CMI México, en contra del Ing. Ernesto De la Riba por el fraude de $ 70’000,000.00 en contra de la empresa citada.

– Se ponen de pie para recibir al Magistrado Lic. Robert Sinclair para oír y resolver el Juicio Oral ya detallado.

El Juez Sinclair se dirige a la sala:

– Suplico a toda la sala no me obliguen a pedir desalojen el recinto al menor murmullo que se escuche, en esta sala solo hablaremos los interrogados, abogados y yo. Recuerden este es un Juicio Oral.

– Sr. Fiscal, aquí tengo su carpeta con todas sus demandas, pruebas que ya fueron valoradas por mí, ¿Tiene algo que agregar?

– No Su Señoría. Solo que se aplique todo el peso de la Ley sobre el culpable.

– Lic. Berlucci, también tengo su carpeta con su documentación, le hago la misma pregunta ¿Tiene algún otro alegato o prueba que agregar?

– Su Señoría, haciendo uso del nuevo código de procedimientos para los Juicios Orales, tenemos una prueba más y un testigo, (Se escuchó un murmullo, casi imperceptible el reclamo del Juez ¡Silencio!, el Sr. Juez, tosió ligeramente).

– Lic. Berlucci, me sorprende, esa ley tiene menos de una semana de haber sido publicada. Me quiere entregar esa prueba y que pase su testigo.

– Pase al estrado, el Sr. Pedro Flores. (Solicitó el secretario).

– Su Señoría presento al CP Pedro Flores y aquí está la prueba anunciada.

– ¡Esa no es legal!, ¿Cuánto le dieron? (Grita Alfonso Solís).

– Sr. Solís, ¿Conoce usted el contenido del nuevo reglamento en cuestión?

– No Su Señoría, aun no.

– Entiendo su ignorancia; pero cometió una falta muy grave antes de que abandone este recinto será sancionado.

– Sigamos Lic. Berlucci.

– El Contador Pedro Flores, fue despedido por el Sr. Alfonso Solís, autonombrándose Director Administrativo, sin mediar documento alguno que lo acredite, igualmente desconocido por el Consejo Administrativo, acusando al Sr. Flores de que no quería hacer las modificaciones que le pedían él y la Srita. Eva de la Riba. Se le negó el pago de la liquidación correspondiente. El Ing. De la Riba, con la cabeza baja solo hacía ligeros movimientos con la cabeza.

– Lic. ¿Qué pasa con la prueba?

– Aquí la tiene. Por favor, compare las páginas dos de cada una, la que está en la cuenta de “Construcciones en Proceso” también entrego los cinco ejercicios anteriores, claramente se puede ver que no hay movimiento alguno.

– ¿Qué tiene que decir a su favor Sr. Pedro Flores?

– El Sr. Alfonso Solís, aquí presente, después de un saludo muy áspero, me ordenó que alterara los valores ya mencionados, en tono de mandato descortés; me negué, el contador Solís entró en cólera amenazándome con despedirme sin liquidación si persistía en negarme, sin levantar la voz; pero enérgicamente volví a decirle que no lo haría y en forma muy vulgar me corrió, sin darme ocasión de recoger mis pertenencias.

– Las pruebas han sido valoradas por el grupo de contadores fiscales y analizadas por los auditores correspondientes y hemos determinado que este Juicio Oral, quede resuelto.

– El Ing. Ernesto De la Riba queda libre de toda culpa, sin acotación alguna en sus antecedentes profesionales.

CAPÍTULO 12

CONSECUENCIAS

– En este momento quedan como indiciados con una acusación de “Falsedad en declaraciones, alteraciones en estados financieros de terceros, con la intención de involucrar a inocentes”.

– ¡Guardias! Detengan a Alfonso Solís y a Eva De la Riba, quedan en calidad de indiciados, sin derecho a fianza.             

El rostro del Ing. De la Riba se veía desencajado, pálido y sudoroso, se adivinaba un gran dolor y tal vez pensaría:

– La he amado como mi propia hija, que bueno que mi esposa no sufrió este desengaño.

– Para su conocimiento… (El Señor Juez toma la palabra)…, el juicio por fraude y alteración de documentos fiscales en contra de Eva De la Riba y Alfonso Solís Estrada, se inicia dentro de 90 días, el día 2 de agosto del año en curso, sin derecho a fianza.

La sala se fue desalojando, a Eva, la tomó una guardia; pero a Solís lo tuvieron que someter entre tres guardias hombres, iba vociferando con insultos recuerdos maternos al Sr. Don Ernesto, a Eva, al juez, también a los abogados del ingeniero.

Durante el tiempo del desarrollo del juicio promovido en contra la pareja “70”, como los nombraban los tinterillos, tuvieron que ratificar las demandas y corroborar las pruebas. Encontraron el disco duro de las operaciones de los cinco años anteriores, siendo así comprobado el ilícito; sin embargo se encontraron asientos y traspasos de la empresa CMI a la cuenta de Jacinta Pérez Jolote, madre biológica de Eva por la cantidad total de: $15’000,000.00 en depósitos de $10,000.00, sin períodos fijos. La investigación quedó en manos del MP. (Entra en la oficina del Magistrado el Sr. Juez Sinclair, el Fiscal y los indiciados).

– Como el abogado de la Srita. De la Riba, la sentencia se da a conocer en privado, como tal no habrá preámbulo:

– La corte otorga a los inculpados a sufrir pena de cárcel por 10 años, en cárcel de alta seguridad. Queda pendiente la solución del juicio contra Eva De la Riba y la Sra. Jacinta Pérez Jolote.

CAPÍTULO 13

DOS AÑOS DESPUÉS

Como consecuencia de sus actos, Eva y Alfonso se quedaron sin cuentas de banco para restituir lo hurtado, no tuvieron manera de mover algún trámite, aunque sería inútil. A la Sra. Solís se le consiguió un empleo fijo en Guadalajara con uno de los clientes de CMI, se le tramitó un crédito de Infonavit. La relación laboral de Clarissa y Enrico llegó a ser tan homogénea, que hicieron resurgir la empresa convirtiéndola en la más grande a nivel latinoamericano.

El Ing. De la Riba, después del acontecimiento legal, se veía muy cansado y promovió una Junta de Consejo para avisar a los socios que ponía en venta sus acciones, porque se retiraría a descansar. Una vez reunidos los socios de CMI México, habiendo leído los protocolos correspondientes, el Ing. De la Riba expresó:

– Quiero ofrecer en primera mano mi paquete de acciones al mejor postor…

– Ingeniero… Perdone que lo interrumpa (Habla Berlucci). No sacrifique su patrimonio, véndame a mi sus acciones y las de la Srita Eva, al precio actual. Además le ofrezco el puesto de “Presidente Vitalicio”, con derecho a voz y voto. ¿Acepta usted?

– ¿Tú?, ¡Es fantástico!

– Soy Julio Márquez, represento a cinco accionistas menores, en virtud de que las acciones que nos otorgaron fueron en pago de guardar silencio a una maldad, aquí está nuestra renuncia y la devolución de las acciones, suplicamos no hagan denuncia alguna. Con el corazón en la mano les damos las gracias. (El pleno guarda silencio).

CAPÍTULO 14

NOVIAZGO DE CLARISSA Y ENRICCO

Encontraron cuentas de banco a nombre de Jacinta Pérez Jolote en Los Ángeles y en New York, las cuales fueron localizadas por la Lic. Galarza y por el Lic. Berlucci, ese tiempo tuvieron que viajar juntos, otras ocasiones cada uno por diferentes lugares. Tuvieron que convivir en periodos de muchas horas y a veces toda una noche, fue un tiempo de trabajo agotador. El corazón empezó a realizar su labor, no se escaparon algunas miraditas de soslayo, guiños casi imperceptibles, suspiros (disfrazados de cansancio), Enricco rompe el silencio:

– ¿Estas cansada “Clari”?

– Bastante; pero ya estoy por terminar el plan completo.

– También ya tengo la segunda parte para que chequemos el resultado.

– Afortunadamente ya terminamos todo.

– ¿Te gusta la comida italiana?

– ¡Si, me encanta!

– Te invito a cenar.

– Aquí no hay estacionamiento para dejar el auto.

Jorge Enrique Rodríguez.

17 de mayo de 2016.

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